Seguido de esto los juegos pirotécnicos hicieron acto de presencia con mas de mil kilogramos de pólvora y mas de 30 minutos de duración, decoraron el hermosos cielo del corazón de la sierra tarahumara.
La lluvia comenzó poco después, pero no fue motivo para abandonar la fiesta, el baile, diversión y convivencia continuaron, entre algarabía, sonrisas y solidaridad guachochenses.