Según el relato de testigos presenciales, el hombre, identificado como Vladímir, fue llevado en estado ebrio al centro médico tras recibir una puñalada. El personal desvistió al herido para trasladarlo a la unidad de cirugía y entonces el individuo, vestido únicamente con ropa interior, se dirigió de repente hacia la puerta para salir a la calle.
Desoyendo las indicaciones del personal, Vladímir siguió caminando y poco antes de llegar a la salida afirmó que quería fumar, a pesar de estar semidesnudo, sin cigarillos y con el cuchillo aún en la espalda. Todos los llamamientos fueron infructuosos hasta que un médico le espetó: «¿Adónde va? ¡Va a morir!», momento en el que recapacitó y aceptó regresar.
Desde el servicio de prensa del Ministerio de Sanidad de la república de Tartaristán informaron que el hombre recibió finalmente la asistencia médica que necesitaba y se encuentra en estado estable.