La sustancia sigue con precisión las instrucciones genéticas programadas para causar una fuerte respuesta inmune, indicó un estudio independiente.
La universidad británica de Oxford y el grupo AstraZeneca, que desarrollan uno de los proyectos, ya retomaron sus trabajos, tras seis semanas de interrupción en Estados Unidos, se informó este viernes.
Johnson & Johnson anunció a su vez este viernes que los reiniciará próximamente, tras haber recibido la autorización del comité independiente que evaluó el caso de un paciente que participaba en los experimentos y que contrajo este mes una enfermedad inexplicada.
Un total de diez vacunas europeas, estadounidenses, chinas y rusas están siendo probadas actualmente a gran escala en todo el mundo en decenas de miles de voluntarios.
El temor de los reguladores es que tengan efectos secundarios graves. Si un participante enferma, las pruebas pueden ser suspendidas mientras se examina si la vacuna experimental está en el origen de sus padecimientos.
AstraZeneca dijo que los resultados del ensayo se esperan este año, aunque esto dependerá del ritmo del brote donde se esté probando la vacuna.