El pasado 9 de marzo lanzaron fuerzas rusas bombardeo contra el hospital de maternidad y atención infantil de Mariupol en Ucrania, lo cual dejó severos destrozos en el recinto y en edificios, árboles y vehículos aledaños.
El presidente denunció públicamente la “atrocidad” que fue el bombardeo, pues quedaron personas, incluso niños debajo de los escombros, aunque no brindó saldo de víctimas.
Después las autoridades dieron a conocer que murieron tres civiles, de ellos una niña. Además otros 17 resultaron heridos, entre ellos pacientes, médicos y menores de edad.
Mostraron imágenes de mujeres embarazadas cubiertas de polvo e incluso sangre luego del bombardeo al hospital donde las atendían.
Desde Ucrania denuncian “crimen de guerra” por parte de las fuerzas rusas, mientras que el Kremlin asegura que fue un montaje.