El alertamiento se dio luego de que agentes de la Policía Seccional de Anáhuac a través del Mando Único, se enteraran a través de redes sociales de un grupo de jóvenes que resultaron intoxicados en un evento de la Secundaria Técnica 27, caso que no se reportó directamente a las autoridades.
No obstante, los agentes seccionales acudieron a la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Socia (IMSS) instalado en Anáhuac a verificar o descartar el hecho, esto al tratarse de un posible daño a la salud de los alumnos.
Ya en el nosocomio, los uniformados dialogaron con la directora del plantel, quien explicó que se realizó un evento deportivo, consistiendo en una carrera pedestre de 200 metros para los alumnos de primer grado, para festejar la novatada.
Al finalizar la carrera, algunos alumnos comenzaron a manifestar molestias como ganas de vomitar y dificultad para respirar, por lo que fueron trasladados, por personal del mismo plantel educativo a un hospital.
Trascendió que 6 de ellos fueron trasladados al Instituto Mexicano del Seguro Social de Anáhuac, 4 al Hospital General “Javier Ramírez Topete” y otros más al IMSS de Cuauhtémoc, en donde se aplicó un antidoping resultando negativo a cualquier sustancia psicotrópica.
Informaron que solo presentaban un cuadro de taquicardia, por la probable ingesta de alguna bebida o sustancia energizante, por lo que permanecieron internados en la espera de realizar más estudios para una valoración completa.
Al respecto, la autoridad de salud informó que los riesgos para la salud de estos refrescos se deben principalmente a la cafeína que contienen, aunque los responsables de la revisión afirman que son necesarios más estudios para evaluar los efectos a largo plazo de la combinación con otros ingredientes como la taurina o la guaraná.
La sobredosis de cafeína puede provocar, entre otros síntomas, palpitaciones, hipertensión, convulsiones y, en raras ocasiones, muerte, sin embargo, se indicó que es difícil evaluar la parte de estos problemas causados por las bebidas energéticas, ya que estos productos no siempre han tenido su propio código de seguimiento en los centros dedicados a atender intoxicaciones y falta información sobre los efectos adversos de su consumo excesivo.