Dio a conocer el diario sueco Aftonbladet que los criminales ofrecieron droga a los dos menores en Estocolmo, pero ellos se negaron a comprar.
Por ello, los vendedores de sustancias tóxicas -jóvenes de 21 y 18 años- privaron de la libertad a los adolescentes, los llevaron al cementerio de Solna, donde los torturaron.
Obligaron a ambos chicos a entrar a una fosa donde los enterraron vivos.
Fue un transeúnte quien oyó los gritos y reportó a la Policía lo que sucedía, cuando los jóvenes ya tenían 10 horas en la fosa.
Agentes de seguridad lograron rescatarlos vivos a medio enterrar.
Después identificaron y arrestaron a dos agresores, hombres de 21 y 18 años, minutos después de que pusieron a salvo a las dos víctimas varones.
Los dos detenidos tenían antecedentes penales. Negaron tener relación con el crimen pero uno incluso tenía pertenencias de una de las dos víctimas.
Ahora los agresores enfrentan cargos por los delitos de secuestro, asalto agraviado y violación.
La investigación abierta señala que el crimen fue con violencia brutal y prolongada. Trabajan para conocer los motivos pero hasta el momento suponen que fueron víctimas seleccionadas al azar.
Entre sus antecedentes, el joven de 21 años fue hallado culpable el mes pasado por lanzar cócteles Molotov y quemar una casa con daños millonarios. Lo sentenciaron a prisión por aquel ataque pero lo dejaron en libertad y todavía no comenzaba a cumplir su condena.