“Nació aquí, en México”, narró la madre mientras caminaba a la orilla del río Grande, en busca de un lugar por donde atravesar el cerco de púas instalado por la Guardia Nacional de Texas para impedir la migración irregular. “Llevamos nueve meses viajando”, agregó su hermana, quien cargaba en brazos a su hija Angelique, de 10 meses de nacida, por lo que casi la totalidad de su vida se la ha pasado entre la selva, autobuses y carreteras.
Al cuidado de otros tres menores de edad, las dos mujeres llegaron ayer finalmente hasta la puerta del muro fronterizo ubicada en el marcador internacional número 36, en donde se formaron junto a decenas de personas de diversos países que apresuraron su paso por el país tras un falso rumor de que Estados Unidos cerrará hoy su frontera.
“Dicen que mañana –hoy– Estados Unidos cierra la frontera, que cerrarán la puerta 36”, dijo un venezolano tras la falsa noticia que ha corrido entre la población migrante, de sur a norte de México, durante la última semana.
Ayer, mientras ingenieros de la Guardia Nacional de Texas continuaban levantando un muro de alambre de casi tres metros de altura en los límites del bordo estadounidense, grupos de personas permanecían formadas frente al marcador internacional en espera de ser procesadas por los agentes de la Patrulla Fronteriza del Sector El Paso.
Otros grupos de países como Venezuela, Colombia, Chile y Nicaragua cruzaban el cauce internacional entre Ciudad Juárez y El Paso para luego crear “huecos” entre los rollos de concertina en donde todavía no se levanta el nuevo muro.
Y otros más caminaban sobre el bordo del río Grande o descendían de vehículos contratados a través de plataformas digitales desde la ciudad de Chihuahua o la entrada de Ciudad Juárez.
Aunque no se trata de un cruce regular y corren el riesgo de ser deportados hasta su país a través del Título 8, cientos de personas ingresan todos los días a Estados Unidos a través del Sector El Paso con la esperanza de ser liberados dentro del país.