Si bien el rezago de citas en el Servicio de Administración Tributaria (SAT) se empieza a resolver, obtener una para darse de alta en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC) todavía toma al menos un par de semanas, sostuvo Antonio Zuazua, socio Líder de Impuestos Indirectos para América Latina de KPMG.
Además, para obtener la e.firma se puede requerir una cita más, lo cual puede complicar el proceso para que una empresa se pueda dar de alta ante la autoridad fiscal, mencionó.
Las empresas no pueden operar en el País sin constituirse como una sociedad mercantil y para ello un paso esencial es darse de alta ante el fisco.
Ante ello, consideró que los trámites fiscales representan un reto para aquellas compañías que buscan invertir en México como parte de la relocalización.
Eugenio Grageda, socio de la práctica fiscal de Holland & Knight, dijo que en el País todavía llegan a tardar alrededor de cuatro a cinco semanas para obtener una cita, cuando previo a la pandemia de Covid-19 podían conseguirse en una semana.
Además, Zuazua detalló que la devolución por acreditamiento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) -que se realiza en los 40 días hábiles posteriores a la solicitud- toma más tiempo para empresas que empiezan a operar en el País.
«Para empresas que no tienen historial ante el SAT y no ha solicitado devolución, lo que termina pasando es que la autoridad solicita requerimiento de información extensos y desde un promedio de devolución que tomaría 40 días, termina extendiéndose de seis meses hasta ocho meses», comentó.
Grageda apuntó que otro de los retos más importantes para las empresas es la obtención de la certificación del IVA y del IEPS que permite exención de aranceles e importar temporalmente mercancía al País sin desembolsar un pago de IVA sobre la misma, detalló.
Enfatizó que es sumamente importante conocer el proceso y los requerimientos para prevenir que el SAT decline otorgarla.
Advirtió que el fisco aún enfrenta rezagos en sus operaciones, derivado de la crisis generada por la pandemia de Covid-19, por lo que en algunos casos tardan en obtener dicha certificación hasta cinco meses.
Otro reto es la incertidumbre sobre ciertas obligaciones, entre ellas darse o no de alta en el Registro de Prestadoras de Servicios Especializados (Repse).
Apuntó que pueden exigir a las empresas que lleguen a México como parte del nearshoring, ser parte del Repse aunque no sea necesario.
El temor es que si hay una auditoría del IMSS, se determine que sí tuvieron que registrarse y no lo hicieron, con lo que se perdería la posibilidad de deducir de impuestos el pago de servicios, explicó.
Según las autoridades, están obligadas a registrarse en el Repse, empresas que presten servicios especializados o realicen obras especializadas y busquen proveer a un tercero (contratante) dichos servicios.
«Pero esa incertidumbre de interpretación y diferentes posturas adoptadas por los diferentes contribuyentes ha causado un reto en la contratación de empresas extranjeras en México», dijo Grageda.