A inicios de este mes Mariel Colón Miró, una de las abogados del Chapo Guzmán, dirigió una misiva hacia el juez federal Brian Cogan en la que solicitaba “al menos dos horas de recreación exterior por semana, acceso a la zona donde está la población (carcelaria) general, poder comprar seis botellas de agua por semana y acceso a un par de tapones de oídos para aliviar su dolor de oídos y ayudarlo a dormir”.
Ahora, el fiscal federal para el distrito este de Nueva York, Richard Donoghue, y el jefe de la división de Narcóticos del Departamento de Justicia, Arthur Wyatt, han remitido al mismo juez un documento que recoge la oposición del gobierno de Estados Unidos para que se le otorgue dichos beneficios al sindicado como líder del cártel de Sinaloa.
“Cualquier tiempo de ejercicio en el exterior sería particularmente problemático para este inculpado”, explica la carta dirigida a Cogan, según ha tenido acceso la agencia de noticias EFE.
El mismo escrito recuerda el Chapo Guzmán “ha planeado y ejecutado con éxito elaboradas fugas de dos instituciones penales de alta seguridad”, en referencia a las huidas de las cárceles mexicanas de Puente Grande en 2001 y el Altiplano en el 2015.
Para la fiscalía la búsqueda de estar más tiempo al aire libre sería una estrategia del narcotraficante más polémico de México para poder estar en contacto “con otros miembros del cártel de Sinaloa u otros socios criminales que puedan llevar a cabo órdenes en su nombre”, por lo que habría riesgo de tramar una posible fuga.
Recalcan que el Chapo Guzmán ya tiene la posibilidad de hacer ejercicio durante cinco horas a la semana con una bicicleta elíptica en un área que tiene acceso a una ventana en la que puede ingresar aire fresco y luz natural.
En el Metropolitan Correctional Center (MCC) la única opción considerada como apta para los presos de alto riesgo, como es el caso del narcotraficante mexicano, es un área de recreación en una azotea cubierta por una malla de alambre.
El gobierno de Estados Unidos ha recordado que ya hay un antecedente de fuga en dicha área en el año 1981 cuando un helicóptero se estrelló contra la malla de alambre y dos reos armados se enfrentaron a unos policías para intentar concretar su huida.
“En este caso, el Buró de Prisiones ha considerado, y rechazado, la posibilidad de dar a los presos SAM (con medidas especiales) un tiempo extendido de ejercicio en el exterior porque está razonablemente relacionado a un interés criminológico legítimo: evitar las fugas del MCC”, señalan.
Consideran que esta estrategia sería bastante “sencilla” para el Chapo Guzmán teniendo en cuenta que su última fuga la hizo a través de un enorme túnel que nadie habría imaginado que se atrevería a realizar.
Respecto al pedido de las botellas de agua para el Chapo Guzmán, a quien le afectaría el agua de grifo, Donoghue asegura que es un pedido “irrelevante”, teniendo en cuenta que el capo ya las recibe desde el mes de abril.
Por último, han pedido que se rechace la solicitud para que el condenado por diez delitos de narcotráfico pueda hacer compras en el economato – un lugar donde la población carcelaria obtiene productos de diversa índole- ya que recuerdan que el Chapo Guzmán es un reo que cuenta con medidas especiales al que no se le permite dicha alternativa ya que lo adquirido puede ser utilizado como armas.