El deporte nacional estadounidense, como muestran los registros históricos, tuvo su semilla en 1861 en Canadá,país donde, por cierto, también se inventó otro de los deportes más seguidos en EE.UU.: el basquetbol.
En la Universidad de Toronto fue donde, con un balón ovalado, se comenzó a jugar entre sus estudiantes una disciplina deportiva que tenía como base el rugby inglés y algo de fútbol o balompié.
Eso ocurrió ocho años antes del partido entre Rutgers y Princeton de 1869 en Nueva Jersey, reconocido como el primero del fútbol americano universitario en Estados Unidos.
Pero otro año también es clave, 1874, cuando la Universidad de Harvard (EE.UU.) se enfrentó a la Universidad McGill (Canadá) en una serie de partidos de la que se considera que surgió el fútbol norteamericano, también llamado fútbol gridiron.
Los estadounidenses defienden que el deporte tuvo sus primeros orígenes con las reglas de Harvard de la década de 1870 y luego fue afinado en 1880 con las reglas de Walter Camp, llamado «el padre del fútbol americano».
Pero en la Universidad de McGill dicen que el estilo Harvard era más cercano al fútbol (balompié); en cambio, sus reglas incluían el balón oval y la posibilidad de correr con él.
Además, advierten que en Harvard más bien se practicaba el juego llamado «Boston Game» y que los estadounidenses copiaron conceptos y estrategias -incluidos los downs (intentos) y las tacleadas- del estilo canadiense.
Ya sea que los padres del deporte hayan sido canadienses o estadounidenses, no hay duda de que Estados Unidos ha sido, es y probablemente continuará siendo la potencia mundial del fútbol americano.
En la actualidad tiene la liga colegial más grande del mundo (NCAAF, con 130 equipos), la National Football League (NFL, con 32) que genera cientos de millones de dólares cada año, así como la hegemonía casi total en las competencias internacionales.
BBC MUNDO
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