Esto, mientras varios países, desde Italia hasta Nueva Zelanda, anunciaron la reducción de los bloqueos por coronavirus, quienes quieren aliviar los bloqueos ante la reducción de las tasas de infecciones y el miedo a una crisis económica.
La peor pandemia del mundo en un siglo, que comenzó en diciembre en China, ha planteado un dilema a los gobiernos,
Con las severas restricciones en la actividad económica -desde bares a fábricas y turismo-, se esperan recesiones largas en muchos países. Pero como todavía no hay cura, los líderes están conscientes de que una segunda ola de infecciones podría afectar a sus países justo cuando la vida vuelva a ser normal.
Italia, que tiene la segunda mayor tasa de muertes por coronavirus, permitirá que fábricas y sitios de construcción reabran desde el 4 de mayo y autorizará visitas familiares limitadas mientras prepara un final gradual para el cierre, dijo el domingo el primer ministro Giuseppe Conte.
Roma se prepara para una segunda fase de la crisis, en la que intentará reactivar la economía sin desencadenar una nueva ola de infecciones. Conte declaró que se anticipaba «un desafío muy complejo», advirtiendo que «viviremos con el virus y tendremos que adoptar todas las precauciones posibles».
Por su parte, los neozelandeses podrán pescar, surfear, cazar y hacer senderismo esta semana por primera vez en más de un mes.
Los 5 millones de residentes del país tuvieron uno de los confinamientos más estrictos del mundo, con cierres de oficinas, escuelas, bares y restaurantes.
En Alemania, el Ministro de Economía instó el lunes a los 16 estados federales del país a levantar lentamente las restricciones para evitar que el brote se extienda más y se vean obligados a dar marcha atrás más tarde.
Mientras el Primer Ministro británico, Boris Johnson, quien volvió a trabajar el lunes tras padecer el Covid-19, declaró que era muy pronto para relajar las restricciones en el territorio.