El peor desastre natural de España en este siglo dejó un rastro de destrucción y temores de que se descubran más horrores entre las capas de lodo que los muros de agua dejaron a su paso la noche del martes y la madrugada del miércoles.
Un número desconocido de personas continúan desaparecidas.
«Desafortunadamente hay personas muertas en el interior de algunos vehículos», dijo el Ministro de Transportes de España, Óscar Puente.Los daños en general se asimilaban a las consecuencias de un huracán o un tsunami.
Vehículos amontonados unos sobre otros como piezas de dominó caídas, árboles arrancados de raíz, cables eléctricos caídos y enseres domésticos atrapados en el barro que cubría las calles de decenas de comunidades de la región más afectada, Valencia, donde murieron al menos 92 personas.
Las aguas torrenciales convirtieron las calles estrechas en trampas mortales y generaron ríos que arrasaron casas y negocios, arrastrando automóviles, personas y todo lo que encontraron a su paso. Las inundaciones destruyeron puentes y dejaron las carreteras irreconocibles.