«Se le lanzaron los del PRI y los del PAN, más que nada el jefe del bloque conservador, Claudio X González, se le lanzó a Samuel García, para que no pudiera ser candidato», afirmó el presidente López Obrador. Explicó que, según su percepción, algunos sectores políticos sostienen de manera equivocada pero libre que Samuel García dividiría las simpatías de las clases medias, un espacio que consideran propio.
El mandatario destacó la gravedad de la situación al mencionar que algunos son capaces de dar un «golpe de estado» al destituir a alguien que fue electo por la voluntad popular. López Obrador reflexionó sobre las posibles consecuencias, indicando que si no permiten que Samuel García regrese, y la corte dictamina su destitución, será un precedente importante en la política mexicana.
«Es interesante, hasta donde quieren llegar. Si no lo dejan regresar, que la corte diga que ya está destituido», señaló el presidente. Ante la pregunta sobre con quién trataría en este escenario, López Obrador afirmó que se mantiene como observador y que esperará a que se «quiten la máscara todos». Comparó la situación con una «fiesta de disfraces» y expresó su interés en conocer las decisiones de la corte sobre el destino político de Samuel García.
El presidente concluyó diciendo: «Vamos a esperar qué van a decir los de la corte. Si ya de plano lo destituyen, que de plano no pueda regresar, o si regresa, eso es lo que hay que esperar». La atención se centra ahora en el desarrollo de los acontecimientos y en las decisiones que puedan influir en el futuro político de Samuel García y en el panorama electoral de México.