Respecto al supuesto rechazo de su gobierno a proyectos de inversión en materia energética por parte de consorcios internacionales, el presidente aclaró que su administración está abierto a la colaboración sin saqueos ni abusos, pero aclaró que la prioridad es rescatar a las empresas productivas del Estado: Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Aseguró que si el Partido Acción Nacional (PAN) o el Partido Revolucionario Institucional (PRI) hubieran ganado en la elección presidencial de 2019, hacia el final del sexenio ya no hubieran existido ni la CFE ni Pemex, debido a que ambas entidades hubieran sido privatizadas a fin de seguir manteniendo los negocios e influyentismo del periodo neoliberal.
Aclaró que para él es un «timbre de orgullo» que se señale públicamente su defensa de las empresas productivas del Estado, y reiteró que el cobra su sueldo como funcionario de los impuestos de los mexicanos y no de los contratos otorgados a las empresas privadas.
«Si no cambiamos la política energética, toco madera, si hubiese ganado el PRI o el PAN, a finales de este sexenio ya ni existiría la CFE ni Pemex. Todo se hubiera privatizado. Todo sin abusos», señaló.