Checo se unió a una exclusiva lista de conductores nacidos entre el Río Bravo y la Patagonia, un grupo en el que figuran campeones del mundo como Juan Manuel Fangio y Ayrton Senna.
La tercera victoria del piloto tapatío en la Fórmula Uno le permitió cumplir un sueño, ser el mejor en el Principado, lugar que ha sido sede de un GP desde 1950, año en que el argentino Fangio, con un Alfa Romeo, se convirtió en el primer ganador de la carrera.
Siete años después, «El Chueco de Balcarce» volvió a llevarse la prueba en Montecarlo, pero ahora con Maserati.
Tuvieron que pasar más de dos décadas para que otro argentino, Carlos Reutemann, con Williams, se coronara en Mónaco en 1980.
Tras los logros argentinos, llegó el brasileño Senna con seis primeros lugares, uno en 1987, con Lotus, y los otros cinco que fueron de 1989 a 1993, pero con McLaren.
En la edición 2003, el colombiano Juan Pablo Montoya fue el ganador de la prueba al mando de un Williams.
Casi dos décadas pasaron para que otro latinoamericano se vistiera de gloria, y en esta ocasión fue el mexicano de Red Bull, Checo Pérez, quien podría utilizar el impulso de ganar en Mónaco para ser, al igual que Senna y Fangio, campeón de la máxima categoría.