Adriana Ortega Castillo, subteniente de Artillería, es egresada de la licenciatura de Administración Militar del Heroico Colegio Militar.
A inicio del presente año atendió a la convocatoria para realizar el curso y recibir la capacitación para realizar una de las tareas de más riesgo en las Fuerzas Armadas.
«Ya en el GRE me dicen que se tiene que hacer una selección, son voluntarios, son tantos participantes, pero se tiene que hacer una selección para que se escoja al personal más capacitado sicológicamente y físicamente, para que puedan realizar el curso, y es así como quedo seleccionada”, narró la
desactivadora, término técnico con el que se identifica a este personal.
Asegura que su intención al practicar estas tareas tiene el propósito de servir de ejemplo para sus hermanos, uno mayor y dos menores, y para que su familia se sienta orgullosa.
La subteniente agregó que, en lo personal, le representó un reto integrarse a un grupo de capacitación especializada formado sólo por varones, ya que otra de sus compañeras no logró aprobar los exámenes iniciales.
«Durante mi curso sí fue un reto, porque todos eran hombres, pero mis instructores afortunadamente nunca vieron esa diferencia.
«Fue una línea de todos van a hacer lo mismo, van a realizar las mismas actividades, tienen que cumplir los mismos parámetros”, explicó Ortega Castillo.
CUATRO MÓDULOS
El curso realizado en mayo en el Grupo de Respuesta a Emergencias para la capacitación de desactivadores de explosivos incluye cuatro módulos; el primero de ellos para las evaluaciones administrativas, médicas, sicológicas y físicas.
El segundo módulo, que se considera el más importante, consiste en superar el uso del traje antibombas, de aproximadamente 40 kilos de peso, y que será la principal herramienta de protección para realizar el trabajo.
«La segunda semana se nos realiza una prueba de estrés, que nosotros nos desempeñemos como primer contacto con el traje, se nos coloca, se realiza la prueba que es un punto crucial.
«Si nosotros respondemos adecuadamente con el traje, podemos continuar en el curso; si no, no somos aptos, es un poco pesado”, narró la subteniente.
Los siguientes dos módulos consisten en toda la información teórica y técnica sobre el trabajo a realizar, equipos y componentes de artefactos, entre otros temas; posteriormente sigue la práctica en campo, donde se aplican sus conocimientos.
“EL PRIMER ERROR ES TAMBIÉN EL ÚLTIMO”
El traje especializado que usan los técnicos desactivadores para proteger su cuerpo recibe el nombre de EOD8, elaborado por la Fábrica de Vestuarios y Equipos (FAVE) de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), y cuenta con ventiladores y equipo de comunicación.
El traje está elaborado con telas especiales para recibir el impacto de metralla, además de placas balísticas y un recubrimiento de kevlar, material resistente a los impactos.
«El traje como tal tiene un peso de 40.3 kilogramos, aparte del material y equipos que empleamos, ya sea el cañón, ganchos y cuerdas, rayos X, todo lo que podamos llevar en nuestras manos; no se puede cargar equipo extra”, indicó la subteniente Adriana Ortega Castillo.
«Todo lo que tiene protección es el frente, por eso cada que nos acercamos y alejamos de un artefacto nunca debemos darle la espalda, y en las manos no tenemos más protección que unos guantes”, dijo.
Una célula para atender una emergencia está integrada por cinco elementos, todos capacitados para desactivar un artefacto, pero es ya en el lugar donde se decide quién vestirá el traje antibombas, y será el único en acercarse.
Aquí el desactivador es el que porta el traje, es el comandante del equipo, ¿por qué?, porque la decisión es propia; todo el personal que nosotros tenemos, todos están capacitados para realizar la actividad, pero el comandante es el que debe tener la iniciativa y es el que tiene el liderazgo para ir hacia la amenaza.
«Una vez que encontramos un artefacto, ¿cómo vamos a responder ante él?, nos dan principios muy explícitos, en donde lo primero que nos dicen es que el primer error es también el último”, comentó la subteniente.