Pese a los avances, las 7 millones de personas con alguna discapacidad siguen enfrentando múltiples barreras para acceder y usar servicios financieros, por lo que el País se encuentra rezagado.
Además de sufrir malos tratos por parte de los empleados de las instituciones financieras, sobre todo los bancarios, las personas con discapacidad carecen de apoyo, señalamiento, atención e infraestructura adecuada.
La altura de los cajeros automáticos y ventanillas no es acorde a las personas de talla baja, prevalecen restricciones en el uso de biométricos para los que tienen alguna discapacidad física, visual, auditiva o mental, y el personal de las instituciones carece de sensibilidad y capacitación en la materia.
No hay apoyos sonoros o parlantes en las interfaces de los cajeros automáticos, las aplicaciones y en la asignación de turnos dentro de las sucursales, reveló el Estudio sobre Inclusión Financiera de las Personas con Discapacidad de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Tampoco hay suficientes herramientas y señalizaciones de apoyo en lengua de señas mexicana, sistema de escritura braille, macrotipos o audios, lectura de labios, pictogramas o formatos en lectura fácil, entre otras carencias y barreras, destacó el estudio en el que también colaboró la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ) y la Consultoría en TIC y Discapacidad.
«No se ha estado a la altura de las circunstancias, ha habido avances en cuanto a rampas, cajeros con cierta altura, pero en esta parte física todavía hay un largo camino por recorrer y donde creo que sí hay un mayor rezago todavía es la atención de personas con discapacidad no sólo los bancos, aseguradoras, afores, hay todo un reto en cambiar la cultura organizacional al interior de las instituciones», dijo Óscar Rosado, presidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) en la presentación del estudio.
Jesús de la Fuente, presidente de la CNBV, exhortó a todas las instituciones integrantes del sistema financiero mexicano a tomar acción para mejorar la inclusión financiera de este segmento de la población de la estado históricamente excluido.
«A las instituciones del sector financiero les pedimos que garanticen los derechos a la accesibilidad, a la igualdad y a la no discriminación (de las personas con discapacidad), que puedan hacer uso, sin dificultades, de la infraestructura financiera, que reciban un trato empático y humano por parte del personal.
«A los gremios bancarios, de finanzas populares, fintech, del mercado de valores, así como a las organizaciones (les pedimos) tomar acciones a partir de estos hallazgos», indicó.
Actualmente, el 95 por ciento de las personas con discapacidad cuenta con al menos un producto financiero, ya sea cuenta crédito seguro o Afore.