«Mientras que en el periodo 2001-2006, el SNR (Sistema Nacional de Refinación) operaba con una mezcla de 34 por ciento de crudo pesado, en los últimos cuatro años ha estado operando con 50 por ciento. Adicionalmente, no se están usando los catalizadores adecuados para el tipo de crudo alimentado», expuso Francisco Barnés de Castro, consultor en energía.
El también ex comisionado de la CRE hizo una presentación ayer en el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), en la que planteó que en el mismo periodo, por cada 100 barriles de crudo procesado las refinerías produjeron 19 por ciento menos destilados de 2007 a 2012 y 34 por ciento más combustóleo.
La mayor producción de combustóleo de Pemex coincide con un momento de bajos precios por su alto impacto ambiental.
Explicó que nivel nacional, Pemex se ha visto obligada a ofrecer este producto con un importante descuento a la CFE, mientras que a nivel internacional se exporta como carga para las refinerías del sur de Estados Unidos, pero mezclado con crudo ligero, lo que ha agravado el déficit de esta variedad de petróleo en las refinerías mexicanas.
«Así, mientras las refinerías del sur de Texas maximizan sus utilidades, las nuestras incrementan sus pérdidas», refiere el documento elaborado por Barnés.
Otro problema es que al exportar combustóleo como carga para refinación en EU, Pemex ha tenido que descontar el precio de este residual y el de los crudos de exportación, lo que eleva las pérdidas para su filial Transformación industrial.
En el caso del Istmo -crudo ligero- el diferencial es de 6.42 dólares por barril respecto al precio de referencia; para el Maya es de 9.78 dólares por barril y para el combustóleo es de 21 dólares por barril.