Uno es el caso del pozo Kaneni-1EXP, un yacimiento terrestre ubicado en Veracruz, con recursos no convencionales de gas y aceite de 36 grados API en lutitas, que para su explotación necesita fracking.
Dicho proyecto fue aprobado por la Comisión Reguladora de Energía el 25 de febrero a través de una afirmativa ficta al no contar con el quórum suficiente para poder sesionar y dar salida a las solicitudes pendientes del regulador.
Si bien este tipo de proyectos ayudan a elevar el número de reservas y/o producción petrolera en el País, la técnica que requieren para aprovecharse ha sido cuestionada y rechazada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador desde el inicio de su Administración.
«No usaremos métodos de extracción para el petróleo y para el gas que afecten a la naturaleza y agoten las vertientes de agua como el fracking», dijo al toma de protesta como Presidente el 1 de diciembre de 2018.
Al respecto, Arturo Carranza, experto en energía, dijo que no es la primera vez que Pemex muestra interés en ese tipo de proyectos, puesto que existen una gran cantidad de recursos prospectivos que están en yacimientos no convencionales.
Dijo que le parece razonable que los considere Pemex porque son reservas que deberían aprovecharse siguiendo las regulaciones adecuadas para mitigar los riesgos.
«Creo que el futuro de la industria de los hidrocarburos está en no convencionales y es tipo de proyectos de lutitas», agregó.
Otros pozos que han sido perforados por la petrolera y que requieren fracking son Pankiwi-1EXP y Chaxan-1EXP, ambos en la Cuenca Tampico-Misantla.
Carranza agregó que el avance tecnológico de la fracturación hidráulica ha permitido reducir los costos, no solo en términos económicos, sino también ambientales, como lo relacionado con el uso del agua o un menor impacto en los suelos.
«Esto puede ser un incentivo para la próxima Administración, Aunque la Secretaría de Energía ha dicho que no se van retomar las ronda petroleras es una oportunidad muy buena para su discusión», añadió.