Ciudad de México.- Los costos de exportación agrícola de México son los segundos más altos en el continente americano, con un índice de promedio de 186.3 puntos, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

La región de Sudamérica es la que registra los mayores costos, con 198.1 puntos en promedio, pues hay que cumplir distancias más largas y pagar aranceles.

«Esto se explica tanto por los mayores costos de transporte como por la ausencia de preferencias arancelarias, especialmente en el caso del Mercado Común del Sur (Mercosur)«, detalló el BID en su informe «Oportunidades para promover el comercio agroalimentario intrarregional en América Latina y el Caribe», publicado en febrero pasado.

Rafael García, director de la consultoría E & CEX, explicó que al estar México en la parte norte del continente son más costosos los traslados hacia el sur, por lo que es entre países sudamericanos donde existe un mayor y mejor intercambio.

Además, no con todas las naciones sudamericanas México tiene Tratado de Libre Comercio, lo que implica que debe pagar aranceles al ingresar a esos territorios.

Se estima que 73 por ciento de las exportaciones mexicanas corresponde a productos básicos.

En ese rubro, Chile y Colombia sobresalen como los destinos más atractivos en la región, lo cual da la pauta a desarrollar oportunidades dentro de la Alianza del Pacífico.

En menor medida, existe potencial para incrementar los envíos de agroalimentos mexicanos a Centroamérica y el Mercosur, conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Entre los principales productos para exportar están la carne bovina fresca deshuesada, carne porcina congelada (excluyendo canales o medias canales y jamones sin deshuesar), cerveza y productos de panadería, entre otros.

El intercambio comercial también depende de las políticas públicas que se den, así como las características de los proveedores y preferencias de los consumidores.

«La intensidad de los flujos de comercio agroalimentario intrarregional depende de factores vinculados con las políticas públicas de manera directa (política comercial, infraestructura).

«Así como de otros en los que dichas políticas no tienen incidencia o solo pueden influir de manera indirecta (ubicación geográfica, escala de las empresas o los mercados, desarrollo de marca, características de los proveedores y los productos, preferencias de los consumidores)», detalló el BID.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *