¿Por qué las víctimas tienen que sentirse culpables y no el agresor?

Viajar en transporte público se ha vuelto una pesadilla para muchas mujeres, un lugar que por ser público debería ser seguro, no es garantía para que las mujeres viajen cómodas y seguras de que llegarán con bien a su destino.

Víctima: Yo iba saliendo de la escuela, y como cada tarde tomé el camión para ir a mi casa. De camino me faltaban unas cuantas estaciones para bajar, cuando empecé a sentir tocamientos.

El Código Penal del Estado de Chihuahua, en el Artículo 175, fracción V, señala que: “Las penas previstas para la violación y el abuso sexual, se aumentarán en dos terceras partes, cuando fueron cometidos: (…) Encontrándose la víctima a bordo de un vehículo de servicio público”.

En este sentido, las penas van de seis meses a seis años de prisión para “quien sin consentimiento de una persona y sin el propósito de llegar a la cópula, ejecute en ella un acto sexual, la obligue a observarlo o la haga ejecutarlo.”, según se señala el Artículo 173 del mismo Código Penal.

Aunque la ley marca un castigo por el delito de abuso en transporte público, la Fiscalía Especializada en Atención a las Mujeres y Víctimas del Delito (FEM) no cuenta con un registro del número de denuncias por este tipo de violencia.

Víctima: Me bloqueé en el momento, pero me armé de valor y me levanté de mi lugar lo más pronto que pude para pedir ayuda al chofer.

Por su parte, el Instituto Municipal de las Mujeres, a través de su titular, Mónica Meléndez, indicó que, al igual que la FEM, como tal no se lleva un registro de cuantos casos han sido denuncias por acoso en transporte, aunque si otros tipos de violencia. Es así que se han atendido 277 mujeres por situación de violencia, en sus otros tipos, en lo que va del 2024.

Víctima: Estábamos ya parados en una de las estaciones y el chofer corrió tras el hombre, pero ya no pudo alcanzarlo; mientras él iba yo me quedé esperando dentro del camión, desesperada y con la adrenalina a tope, y solo un señor se acercó a ofrecerme su ayuda, en ese momento yo sentía vergüenza y llegué a pensar que yo estaba exagerando las cosas.

La indiferencia de la ciudadanía ante este tipo de eventos es preocupante e invisibiliza la violencia y el delito que se está cometiendo en ese momento.

Personal de la Operadora de Transporte Bowi en la capital, señaló que diariamente cuentan con un aproximado de 26 500 usuarios, sin tener un registro de cuantos de ellos son mujeres y cuantos hombres.

Además, explicó que las denuncias por abuso en transporte son escasas debido a que cuando a la víctima se le pide acudir para la revisión de cámaras y ve todo el proceso que debe llevarse, decide mejor no continuar.

Víctima: No dejé pasar mucho tiempo, y en cuanto bajé del camión y llegaron por mi fui a poner mi denuncia.

El proceso de denuncia se ha vuelto sumamente burocrático, y aunque existen muchos medios para denunciar y darle seguimiento, muchas mujeres pierden la confianza y la esperanza de que se hará justicia, lo que las hace sentirse desprotegidas al no brindarles la atención inmediata, menos cuando se trata de este tipo de abuso.

Víctima: Cuando llegué al Cejum me pasaron con la trabajadora social, luego con la MP para interponer la denuncia, levantaron mi testimonio, y de ahí me mandaron con la médico a una revisión, después de unas cuantas horas terminamos y me programaron cita con la psicóloga.

Pese a la problemática ninguna autoridad cuenta con un registro de denuncias por este tipo de violencia. El Centro de Justicia para las Mujeres (Cejum), atiende a mujeres independientemente del tipo de denuncia, y aunque muchas de ellas son víctimas de usuarios de transporte, tampoco se cuenta con una cifra de ello.

Víctima: La verdad ha sido un proceso muy desgastante, constantemente pregunto por los avances de mi caso y lo último que me dijeron fue este mensaje (“Su carpeta está en investigación, esto quiere decir que se giran oficios a distintas dependencias para el esclarecimiento de lo ocurrido”).
Durante una llamada me asignaron a un MP y me dijeron que él se comunicaría conmigo, pero a poco más de dos meses no lo ha hecho.

Mientras la “justicia” se ve preocupada por quienes serán elegidos tras su reforma, miles de víctimas se ven afectadas por no contar con la impartición de la misma.

El titular de la Dirección de Seguridad Pública Municipal de Chihuahua, Julio César Salas González, informó que en lo que va de 2024 se ha detenido únicamente a una persona acusada de acoso en transporte público, desconociendo si el caso ha procedido legalmente, sin embargo, en la capital 40 personas más han sido detenidas por el mismo delito, aunque cometido en vía pública.

Víctima: Agradezco que me brinden el servicio de psicología, porque me ha servido, pero también necesito saber si realmente mi caso está siendo atendido, me gustaría que todas tuviéramos la certeza de que de verdad están haciendo algo por evitar que esos casos sucedan, y que por aquellos casos que ya fueron se esté impartiendo la justicia.

Lo tardado que puede ser este proceso desvanece la cultura de la denuncia y desanima a las víctimas. Cansadas de ser una cifra más, que bien pudiera ayudar a hacer visible el acoso en transporte.

Existen muchas campañas de prevención del delito de acoso o abuso en transporte público, pero ¿cuándo se empezará a dar atención a este tipo de violencia?

Es más común de lo que pensamos o vemos, y aun así las autoridades no lo ponen dentro de las listas de prioridades.

Por ello, es importante que quienes sufren la agresión denuncien; dejar a un lado la pena y alzar la voz hará que el abuso en transporte sea visible.

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