Las nuevas medidas «tendrán un impacto en la industria del petróleo y el gas», indicó la Agencia de Protección Ambiental (EPA, en inglés).
Las reglas propuestas revertirán las normas aplicadas por la Administración del ex Presidente Barack Obama que requieren que las operaciones de gas y petróleo establezcan controles para restringir la emisión de metano en las bocas de los pozos petroleros, los oleoductos y gasoductos así como en las plantas de procesamiento, informó el diario The Washington Post.
La EPA ha calculado que las normas propuestas, que estarán sujetas a un período de 60 días para debate público antes de que entren en vigor, ahorrarán a la industria del petróleo y del gas entre 17 millones y 19 millones de dólares al año.
Se espera que el plan suscite las protestas de los grupos ambientalistas, como el Sierra Club, que en repetidas ocasiones se ha quejado del debilitamiento de las exigencias del Gobierno de Trump en cuanto a la contaminación de los vehículos y las industrias.
«El propósito de estas reglas es llegar al fondo de la cuestión acerca de si el metano debería estar sujeto a reglas, para empezar», indicó la directora asistente interina de EPA, Anne Idsal, al diario The Wall Street Journal, que fue el primero en divulgar la información.
«No se trata de si estamos haciendo lo máximo que podemos o deberíamos hacer para lidiar con el cambio climático. No veo que vaya a haber una preocupación grande sobre el cambio climático en esto», agregó.
Las emisiones de metano, que son consideradas un factor significativo en la generación del calentamiento global, proceden de diversos sectores, aparte del petróleo y el gas, de la agricultura y residuos, así como de la quema de materia orgánica, según los expertos.
Según los cálculos de la misma EPA, el metano representa casi el 10 por ciento de las emisiones de gases que contribuyen al calentamiento atmosférico, y es unas 25 veces más potente que el dióxido de carbono para capturar el calor en la atmósfera.
Las industrias del petróleo y del gas son las principales emisoras de metano en Estados Unidos, y lo han sido durante mucho tiempo antes de que los avances en la explotación de esquistos bituminosos y la técnica de fracturación hidráulica («fracking») incentivaran toda una década de nuevas perforaciones.