La empresa estatal rusa anunció la reducción el lunes debido a reparaciones de equipos, lo que aviva el temor a que Rusia interrumpa completamente el suministro de gas para tratar de obtener una ventaja política sobre Europa mientras el continente intenta aumentar sus reservas de cara al invierno.
Los datos en la web de Nord Stream y el regulador del ducto en Alemania, Klaus Mueller, confirmaron la reducción.
«El gas forma parte ahora de la política exterior rusa y posiblemente de la estrategia bélica rusa», declaró Mueller a la emisora Deutschlandfunk.
Los precios del gas natural, que se utiliza para la industria, generar electricidad y calentar los hogares en invierno, han subido a niveles no vistos desde marzo y son seis veces más altos en comparación con hace un año. El alza está impulsando la inflación, que a su vez reduce el poder adquisitivo de la población y aumenta el temor de que Europa pueda entrar en recesión si no ahorra gas suficiente para superar el invierno.
Esto llevó a la UE a acordar ayer una reducción en el uso de gas natural para protegerse ante posibles nuevos recortes de suministro por parte de Rusia.
La iniciativa pretende reducir la demanda de gas en 15 por ciento entre agosto y marzo mediante medidas voluntarias. Si el ahorro no es suficiente, se aplicarán cortes obligatorios en el bloque de 27 países.
Rusia, que ha disminuido o cortado el gas natural a 12 países de la UE desde el inicio de la guerra, insiste en que el nuevo recorte en el Nord Stream 1 se debe a que se necesita mantenimiento en una turbina para una estación compresora y que otra turbina enviada para reparaciones a Canadá está retrasada. Moscú dice que los trámites de la devolución de la segunda turbina ponen en tela de juicio las sanciones occidentales.
Pero líderes y analistas europeos consideran que los recortes en el suministro son un pretexto para dividir a los países de la UE y aumentar los precios.
«La situación en desarrollo parece respaldar nuestra opinión de que los recientes recortes en los flujos de Rusia son un deterioro intencional en el comercio de gas debido a escaladas geopolíticas», opinó James Huckstepp, analista en la firma S&P Global Commodity Insights.