El ministro de Transportes, Yevgeny Dietrich, dio la cifra de víctimas y dijo que seis sobrevivientes fueron hospitalizados. El SSJ100 de Aeroflot llevaba a 78 personas, incluidos cinco tripulantes.
El avión se incendió el domingo en torno a las 18:30 tras tocar tierra con brusquedad en la pista del aeropuerto de Sheremetyevo, en Moscú, tras emprender el regreso cuando volaba camino de Murmansk. El suceso ocurrió apenas media hora después del despegue, lo que indicaría que los pilotos tuvieron poco tiempo para deshacerse del combustible.
Videos del siniestro mostraban a pasajeros saliendo apresurados por los toboganes de emergencia desplegados desde la parte delantera del avión mientras crecía una humareda negra.
Uno de los fallecidos fue el asistente de vuelo Maxim Moiseev, dijo Dietrich. La prensa local, citando fuentes no identificadas, informó que Moiseev se encontraba en la parte trasera del avión, que se vio envuelta en llamas, y trató sin éxito de desplegar un tobogán de evacuación.
Las dos cajas negras, dos dispositivos que registran datos y voces durante el vuelo, han sido recuperadas, según indicó el principal organismo ruso de investigación.
Los investigadores barajan tres principales hipótesis sobre la causa del desastre: pilotos sin cualificación suficiente, fallo del equipo o el clima, según dijo la portavoz del comité, Svetlana Petrenko, citada por agencias rusas de noticias.
Había tormentas en la zona de Moscú cuando aterrizó el avión. No se ha hecho público por qué los pilotos decidieron hacer un aterrizaje de emergencia.