Chihuahua, Chih.- Con una caravana hasta el panteón del poblado y un altar, familiares, amigos e integrantes de la comunidad jesuita honraron a los 13 asesinados, entre ellos un bebé, en hechos ocurridos el 16 de agosto del 2008. 

De acuerdo con el padre Javier “Pato” Ávila, la acción se hizo con el objetivo de mantener la memoria viva.

 “Nosotros lo que hicimos fue hacer nuestra marcha desde el centro de Creel hasta la plaza donde cayeron los muchachos; en la plaza de la paz”, externó el sacerdote. 

Agregó que no permitirán que esto se olvide y que ellos permanezcan en la mente de las personas. 

Esta fecha es una de las más dolorosas para los habitantes de Creel ya que fue cuando ocurrió la primera masacre durante un festejo el cual fue irrumpido por un grupo armado quien disparó contra los asistentes, hace quince años.

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