La propia compañía emitió posteriormente un comunicado en la que descartó que sus plantas en la Unión Americana tengan algún impacto industrial la próxima semana, aunque admitió que no es sostenible la restricción en su fábrica de Chihuahua.
Landau participó en una conferencia organizada por el Atlantic Council en Washington, en la que también participó la embajadora mexicana en EU, Martha Bárcena Coqui, con motivo de la reunión de los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump.
El diplomático estadunidense comentó que México y Estados Unidos no coincidieron en la denominación de industrias esenciales que podrían permanecer abiertas durante la pandemia de covid-19.
En ese contexto recordó que México una parte clave en el suministro de piezas y componentes para la industria automotiz de Estados Unidos.
Inmediatamente después reveló que un alto ejecutivo de Ford le comentó, durante la cena entre los dos mandatarios, que la armadora de automóviles estaba preocupada por los motores que se producen en Chihuahua, donde el gobernador Javier Corral ha limitado al 50 por ciento la capacidad industrial como una respuesta en contra de la pandemia.
“Dicen que comenzarán a cerrar fábricas en Estados Unidos a partir de la próxima semana si no se ponen en marcha“, aseguró Landau. “Necesitamos tener un mecanismo para resolver eso”
“No es sostenible”
Ford aseguró más tarde, en un comunicado citado por la agencia Reuters que la producción restringida en su planta de Chihuahua “no es sostenible” con sus plantas en Estados Unidos funcionando al 100 por ciento.
“Si bien no esperamos ningún impacto en la producción la próxima semana, seguimos trabajando con funcionarios del gobierno en formas de reanudar de manera segura y constructiva la producción restante”, sostuvo Kumar Galhotra, presidente de Ford para las Américas y Mercados Internacionales.
Tomado de proceso.