De acuerdo con un reporte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en la Ciudad de México el abasto se redujo de 10 mil a 9 mil litros por segundo, porque las presas que abastecen al Sistema Cutzamala se reportan a un 75 por ciento de su almacenamiento.
En el Estado de México, 13 municipios implementaron una estrategia común para racionalizar el líquido.
En Tabasco se limitaron las extracciones de la presa Peñitas, lo que ha derivado en una escasez del suministro en Villahermosa.
Baja California, San Luis Potosí, Nuevo León y Tamaulipas redujeron las asignaciones de agua para riego.
En tres municipios de Oaxaca y en cinco de Veracruz también se recortará el suministro.
Las reducciones al abasto en bloque también se han aplicado en Hidalgo, Querétaro y Chiapas.
Cada una de esas acciones se define en las sesiones de los Consejos de Cuenca de la Conagua, la cual reportó que, hasta el 30 de septiembre, 65 de las 206 presas más importantes del País registraban un almacenamiento de entre el 50 y el 75 por ciento.
Asimismo, 21 presas fueron reportadas por abajo del 50 por ciento.
Proponen expertos adaptación hídrica
Dado que el cambio climático generará sequías cada vez más prolongadas, es urgente que los Gobiernos estatales y municipales apuesten por tener sistemas de aprovechamiento de captación de lluvia y planes de adaptación para asegurar fuentes alternas de abastecimiento de agua a la población, advirtieron especialistas.
Las medidas de reducción de agua que implementaron 12 entidades del País debido a la sequía son sólo un reflejo de que los estados y municipios no están preparados para enfrentar una crisis de agua, plantearon expertos del sector hídrico.
Óscar Monroy Hermosillo, profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), señaló que es urgente que los Gobiernos locales y estatales emprendan planes hídricos de adaptación al cambio climático a fin de contar con sistemas de captación de agua de lluvia y reservorios de agua alternos que les permitan estar preparados ante sequías.
«Nuestro objetivo va tener que ser captar agua de lluvia en toda la República. No se trata que lo haga de manera independiente cada Gobernador. Muchas veces el agua se genera en cuencas que tienen que ver con dos o tres estados y esos Gobiernos, incluso de las ciudades, tienen que ponerse de acuerdo en cómo se aprovecha el agua de lluvia», afirmó.
«Si no estamos preparados para que cuando llegue la lluvia la podamos aprovechar, la vamos a estar perdiendo constantemente y no podemos pensar que siempre vamos a vivir de los acuíferos o de traerla de otras cuencas, ese modelo ya está llegando a su límite».
Actualmente, dijo, en México no hay reciclaje de lluvia a través de sistemas que aseguren un abasto a la población y el tratamiento de aguas negras está limitado debido a que sólo el 10 por ciento de las plantas operan de manera óptima.
«Los estados y municipios que quieran hacerlo deben iniciar con un balance hídrico de su región para saber dónde está el agua y a partir de ese diagnóstico, generar un plan hídrico. Esto se tiene que hacer con el apoyo de los Consejos de Cuenca para definir las necesidades y ayudaría mucho que los Gobernadores fueran conscientes de que el agua ya no se puede administrar de forma central», añadió Monroy.
Raúl Pacheco, investigador del CIDE y especialista en manejo hídrico, enfatizó que el cambio climático continuará prolongando los periodos de sequía y, ante ello, lo más importante es que las ciudades se adapten.
«Es importante que las ciudades se adapten a la falta de agua y para ello requieren tener un plan, pero deberán invertirle dinero y tener coordinación entre las agencias ambientales y entre quienes estén trabajando en cambio climático, así como el organismo operador y el registro público de propiedad», indicó.
«Tiene que haber acuerdos de coordinación entre las ciudades y los estados para poder tener un plan sólido de adaptación hídrica».
En tanto, Elena Burns, coordinadora de planeación del Centro para la Sustentabilidad de la Universidad Autónoma Metropolitana, señaló que la Conagua también está obligada revisar las concesiones que autorizan a las empresas el aprovechamiento de grandes volúmenes de agua.
«Tenemos que revisar las concesiones. Por ejemplo, en el Valle de México, la cervecera Modelo, Pepsico, tienen grandes volúmenes de agua concesionados y por otro lado, tenemos zonas del área urbana que tienen agua una o dos veces a la semana», resaltó.