“Estamos profundamente agradecidos con las autoridades mexicanas por la captura y arresto de Rafael Caro Quintero. El arresto de hoy es la culminación del trabajo de la DEA y sus socios mexicanos para llevar a Caro Quintero ante la justicia por sus crímenes, incluida la tortura y ejecución de Camarena”, dijo el fiscal general de EU, Merrick B. Garland, en un comunicado.
“Buscaremos su extradición inmediata”.
Rafael Caro Quintero, uno de los hombres más buscados por Estados Unidos, fue detenido el viernes en el municipio de Choix, en el estado de Sinaloa, casi una década después de salir de la cárcel debido a un aparente error judicial y regresar a la vida delictiva.
Según informó la Secretaría de Marina en un comunicado, Caro Quintero, de 69 años, fue localizado entre matorrales por una perra de la Armada llamada “Max” durante un operativo conjunto con la Fiscalía General de la República en San Simón, un municipio de la sierra de Sinaloa cercano al estado de Chihuahua. Según el Registro Nacional de Detenciones, la captura tuvo lugar alrededor del mediodía.
El capo tenía dos órdenes de aprehensión en México, pero fue ejecutada una tercera con fines de extradición a Estados Unidos, indicó la Fiscalía federal en un comunicado.
Fue ingresado al penal del Altiplano, en el Estado de México, de donde se fugó Joaquín Guzmán Loera, ‘El Chapo’, en 2015.
De acuerdo con la Fiscalía General de la República (FGR), el arresto del capo fue por una orden de detención provisional con fines de extradición a Estados Unidos, que emitió un juez federal tras solicitud del Ministerio Público de la Federación.
Las autoridades mexicanas liberaron a Caro Quintero en 2013 tras pasar 28 años en prisión por el homicidio del agente Camarena. Una Corte de Apelaciones emitió una orden de libertad y, aunque posteriormente la resolución fue revertida, ya era demasiado tarde: el capo se evaporó a bordo de un vehículo nada más poner el pie fuera de la cárcel.
La captura de Caro Quintero supone el mayor golpe al narcotráfico del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que desde que asumió el poder en diciembre de 2018 optó por una estrategia de seguridad de “abrazos, no balazos”, es decir, basada en no luchar frontalmente contra los cárteles sino en atajar las causas que hacen que la gente opte por dedicarse a esa actividad. Esta política ha sido duramente criticada porque la violencia en el país no ha cesado.
La detención de Caro Quintero, considerado uno de los grandes “padrinos” del narcotráfico en México, ocurrió apenas unos días después de que López Obrador se reuniera con el presidente estadounidense Joe Biden en la Casa Blanca.
En el último año habían surgido tensiones entre el Gobierno mexicano y la DEA después de que México promulgara una ley que limitaba las operaciones de esta agencia antinarcóticos en el país. Pero la reciente concesión de una visa para su nuevo responsable en el país había limado asperezas. El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, agradeció a la Secretaría de Marina y al Gobierno de México por la captura de Quintero.