Los Tuzos tendrán una segunda oportunidad el domingo al recibir a Necaxa, por el octavo y último boleto a la Fiesta Grande.
La falla de Jesús «Primo» Hernández fue decisiva en la serie, porque Pumas abrió la tanda y fue impecable en sus cinco disparos: Guillermo Martínez, Adrián Aldrete, César Huerta, Ulises Rivas y Robert Ergas.
El arbitraje fue el gran protagonista del partido en el que Pumas consumó su pase a la Liguilla.
El show de Adonai Escobedo comenzó al 26′, cuando Nathan Silva impactó con su brazo izquierdo el rostro de Sergio Aguayo. El silbante primero mostró la amarilla pero, de forma extraña, sin ir siquiera al VAR, después mostró la roja.
Esa situación equilibró el partido porque Pachuca, como era de esperarse, jugó con 8 canteranos incluido el debutante Pablo Saldívar, debido a que hace apenas dos días el equipo enfrentó al América en la Concacaf.
A partir de ese momento, los Tuzos impusieron el ritmo del juego, pero al 43′ llegó la segunda decisión polémica cuando el silbante expulsó a Luis «Chaka» Rodríguez por clavarle los tachones a César Huerta, pero el VAR recomendó la revisión y el silbante rectificó al considerar que solo era una entrada temeraria.
Al arranque del complemento, el portero Julio González salvó a los Pumas, pero el mismo guardameta estuvo a punto de hundirlos al dejar un rebote al 86′, tras un disparo de Oussama Idrissi, pelota que el goleador Salomón Rondón mandó a la red.
El tema es que el venezolano parecía en fuera de lugar. Era una decisión demasiado importante, así que el VAR dirigido por Luis Enrique Santander se tomó su tiempo para decidir; al final, avalaron el offside.
Al 90’+8′, Pedroza mandó un trazó largo a Rondón, quien fue letal en el mano a mano. Una vez más, el VAR tuvo que intervenir para avalar el fuera de lugar o rectificar la decisión arbitral. Le dio, nuevamente, vida a los Pumas, que habrían de salir airosos en penales.
El VAR quita. El VAR da.