A lo largo de las últimas dos décadas fueron los partidos de oposición (la izquierda) quienes impulsaron las seis reformas electorales que permitieron construir instituciones electorales autónomas, así como que un partido de nueva formación, como Morena, conquistara la Presidencia de la República.
En esta ocasión, el partido en el poder busca concretar una reforma constitucional que contempla la desaparición de los Órganos Electorales Locales, para sustituirlos por consejos locales a cargo del INE y designados por la Cámara de Diputados.
En entrevista con MILENIO, el diputado Sergio Gutiérrez Luna, principal promotor de la reforma electoral, asegura que este cambio permitirá un ahorro de entre 5 y 9 mil millones de pesos, dependiendo si es un año electoral o no.
Frente a este panorama, el consejero Marco Antonio Baños Martínez planteó la posibilidad de caminar hacia el voto electrónico como una forma de reducir costos y cumplir con la visión de austeridad que se busca cumplir en el gobierno federal.
Agregó que las estimaciones hechas por el legislador son incorrectas, considerando que será necesario que el INE asuma las actividades de los órganos locales y, por tanto, crear una nueva estructura burocrática, además de que serían necesarios más recursos para realizar una nueva redistritiación.
Por lo que la implementación de un voto electrónico permitiría tener ahorros superiores a los 4 mil 500 millones de pesos, evitar el costo de la estrategia de capacitación, así como los de la documentación y materiales electorales; y programas como el PREP y los conteos rápidos.
Aunado a esto, Baños consideró que reformular el cálculo para asignar financiamiento público a los partidos, que se duplicó en la pasada reforma electoral al aplicar la misma fórmula a escala nacional, sería otra de las vías que permitirían abaratar las elecciones sin colocarlas en una situación de riesgo. “No nos estamos oponiendo a la reducción de los costos de las elecciones, podemos abaratarlas.
No es una política del INE estar en desacuerdo con la austeridad, pero hay que quitar muchos candados construidos por la desconfianza en las elecciones”. Gutiérrez Luna consideró que aplicar la urna o el voto electrónico para la elección federal intermedia de 2021 resulta demasiado arriesgado, ya que migrar a este sistema de forma radical puede generar condiciones de falta de certeza y de caos poselectoral.
“Si ellos creen que se puede implantar una urna de manera total para todas las elecciones, sin pasar por un proceso paulatino de aceptación y socialización, están en un error; necesitamos tener momentos de prueba y error que nos permitan aprender”, dijo.