La Cofepris y tres agencias regulatorias de medicamentos y fármacos en todo el mundo están iniciando un llamado a la población en general a no consumir más Ranitidina; a médicos a no recetar; y a pacientes que ya la usan a buscar alternativas, pese a su amplia relación en el combate a padecimientos como lo es la gastritis..
El problema está en la N-nitrosodimetilamina (NDMA), un químico que podría estar en los medicamentos con Ranitidina y al que se ha vinculado con la presencia y desarrollo de cáncer, y aunque la sospecha ha estado presente por algún tiempo, hasta el día 28 de octubre la FDA, órgano regulador en Estados Unidos, comenzó un retiro voluntario del medicamento.
A 24 horas de distancia la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios se ha pronunciado en México, y el resultado es similar: la Cofepris está llamando a suspender su fabricación, distribución y venta del fármaco.
La FDA alertó sobre la posible contaminación desde septiembre, y más tarde, a inicios de octubre, lanzó un comunicado en el que reconocía la presencia de NDMA en Ranitidina, pero solo en bajos niveles. Sin embargo, estos son suficientes como para crear un posible daño a la salud, por lo que el organismo en conjunto con otros internacionales buscan cesar su consumo.