Desde el pasado viernes, beneficiarios del Centro de Integración Social (CIS) “Justo Sierra”, comenzaron con síntomas como dolor de cabeza, fiebre por encima de los 38.5 grados y dolor de garganta, es decir, un cuadro similar a la gripa, mismos que se fueron expandiendo hasta alcanzar al menos a 100 de los 140 niños que son atendidos en este albergue de San Rafael en el municipio de Urique.
Se trata de niños de entre 6 y 12 años de edad que viven en un albergue con múltiples carencias de infraestructura básica, pues a pesar de que en dicha comunidad las temperaturas bajan hasta los -10 grados, los dormitorios no cuentan con ningún tipo de calefactor y no hay cobijas suficientes para mitigar el frío.
Esta situación, dijo la directora del CIS, Esmeralda Gutiérrez López, pudo haber derivado en la enfermedad y contagio de los niños, la cual se propagó en menos de cinco días al grado de provocar la suspensión de clases y la solicitud a los padres de familia para que recogieran a sus hijos del albergue.
Esmeralda explicó que desde el viernes, cuando detectaron a los primeros niños enfermos, acudieron al centro de salud donde fueron atendidos por una enfermera, ya que el médico estaba ausente.
Ya para el martes, al ver que se disparaban los casos de enfermedad, la directora solicitó que el médico acudiera a las instalaciones del CIS, sin embargo, este seguía fuera de la comunidad y fue la enfermera quien acudió a hacer las revisiones y dar medicamento a los enfermos.
Los Centros de Integración Social atienden a niños de escasos recursos, especialmente indígenas que son huérfanos, de madres solteras o que viven muy alejados de los lugares con opciones educativas, por lo que son los maestros y encargados del albergue quienes deben dar atención a los niños prácticamente todo el ciclo escolar.
Cuando los menores se enferman reciben la atención necesaria pero esta vez nos rebasó, reconoce Esmeralda, pues los dormitorios y las aulas se convierten en áreas de contagio y no hay manera de separar a los enfermos de los sanos.