Yo cruzo con mucha frecuencia”, afirmó Ana Borrajo, una chef que reside en Bisbee, Arizona, y quien frecuenta las comunidades mexicanas fronterizas de Agua Prieta y Naco. «Yo acudo al médico, al dentista, salgo a comer, y no me siento amenazada». Pero después de un reciente tiroteo fatal en Agua Prieta y la emboscada en que murieron tres mujeres y seis niños aproximadamente a una hora vía terrestre hacia el sur, «trataré de ir durante el día, y trataré de ser más cautelosa», agregó Borrajo.
Los aterrados residentes de Douglas, Arizona, fueron despertados la madrugada del lunes por el tiroteo que se desató entre grupos de narcotraficantes que se disputan en control de Agua Prieta. El tiroteo estuvo confinado al sur de la frontera y los reportes sugieren que al menos dos personas murieron en el enfrentamiento. Un tiroteo similar en junio dejó al menos 10 muertos en Agua Prieta y Naco, una población ubicada a 45 minutos por tierra.
Varias horas después del enfrentamiento, mujeres y niños, nueve integrantes de una numerosa familia que posee la doble nacionalidad estadounidense y mexicana, murieron a manos de hombres armados pertenecientes a un cártel en una zona remota en las montañas entre los estados de Sonora y Chihuahua. Los ancestros de la familia se separaron desde hace varios años de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, pero aún se consideran mormones. Luego del tiroteo en Agua Prieta, las autoridades de la ciudad de Douglas, Arizona, y el jefe policial del condado Cochise, Mark Dannels, advirtieron a los habitantes a reconsiderar los viajes innecesarios al sur de la frontera.