El primer emotivo momento se vivió durante la tarde de este sábado en la confluencia de las calles Praderas de Uganda y Praderas de Australia, en la colonia Praderas del Sur, donde se ubica el comedor comunitario Mateo 19:14, cita bíblica que hace alusión a las palabras de Jesús: “Dejad que los niños se acerquen a mí”.
Aunque esta vez, quienes se acercaron a los niños y convivieron con ellos fueron varios municipales que integran las unidades de Atención a Pandillas, la Especializada en Delitos de Género y la de Atención a la violencia familiar, todas, dependientes de la DSPM. Esta delegación de buena voluntad fue encabezada por los policías segundos Abraham Muñoz, coordinador de Inteligencia y José Burciaga, jefe de la primera unidad mencionada.
Posteriormente, no en trineo, pero sí en patrullas, los elementos se desplazaron a la Casa Hogar Ágape Elim A.C., en el 304 de la calle 16 de Septiembre, donde repitieron el noble gesto de repartir juguetes y convivir con los chiquillos, dejando por momentos de lado las llamadas de emergencia para atender este tipo de asuntos, quizá no muy urgentes, pero sí muy necesarios, tanto para quien recibe, como para quien da.
Una vez más, los guardianes municipales del orden corroboraron que no nada más brindan seguridad a los chihuahuenses, sino que llevan bien puesta la camiseta y saben bien que su labor y su compromiso van más allá de la mera vigilancia preventiva, y con gestos como el de este sábado, pueden generar felicidad en un niño, tan necesaria en estas fechas decembrinas.
Porque, debajo del uniforme y de la placa citados en el comienzo de estas líneas, hay hijos, padres, hermanos, y, sobre todo, seres humanos conscientes y sensibles a las necesidades de aquellas personas que tanto lo requieren.