En los hechos que se llevaron a cabo en el centro comercial Galleria el 5 de febrero, el sargento Kendrick Simpo habló por primera vez en declaraciones a ABC13 sobre todos los detalles del suceso.
Mientras trabajaba en un empleo extra en el centro comercial Galleria, Simpo recibió una llamada por radio en la que le informaron que un hombre armado con un rifle estaba cerca de la tienda Macy’s.
Inmediatamente el sargento caminó hacia esa dirección con un guardia de seguridad del centro comercial. No obstante, tuvo que mantener su arma en la funda debido a que hubo una competencia de baile para niños en un salón del hotel Westin, adjunto al centro comercial.
“Sabía que había una competencia de baile con niños pequeños en el Westin Ballroom, así que no saqué mi arma porque no quería correr hacia el área de Macy’s que está más allá del área del salón de baile, con sacar el arma y asustar a cualquiera”, agregó Simpo, que actualmente trabaja en la División de Servicios para Víctimas de la Policía de Houston.
Simpo, que solo vestía un chaleco suave y cargaba una pistola, admitió que a sabiendas de que el sospechoso tenía un rifle, estaba en desventaja.
El sargento vio al sospechoso, identificado posteriormente como Guido Herrera, cerca de la entrada del Westin Ballroon, donde se encontraban los niños. El sujeto cargaba el rifle en una mano, una Biblia en la otra y una máscara de cuero con púas. Además cargaba una camiseta con el logo de Punisher.
Simpo detalló que logró derribar a Herrera, y que su primera reacción fue asegurarse de agarrar el rifle, algo que fue clave par evitar una tragedia.
“Tenía en mente (que) me iban a disparar. Solo tenía que soportar el dolor. Sabía que me iba a doler, y pensé: ‘haga lo que haga, no puedo soltar ese rifle’”, subrayó Simpo.
En el forcejeo, el sargento logró redirigir el arma hacia el techo mientras sujetaba a Herrera contra la pared. Momentos más tarde los refuerzos llegaron y el sospechoso fue arrestado sin que se disparara un solo tiro.
El inventario hecho por la policía señaló que llevaba 120 rondas de municiones y una pistola, además del rifle y la Biblia.
El incidente ocurrió en febrero, sin embargo los detalles salieron recientemente a la luz.
Herrera fue finalmente acusado de un delito menor debido a que Herrera no le disparó a nadie, por lo que según la ley de Texas, eso no lo hace un delito grave.
El 18 de marzo Herrera se presentó en la sede del FBI de Houston y pidió reunirse con el director de la agencia y se concluyó que el sospechoso tenía un arma en el auto, pero se reafirmó que enfrentaba un delito menor al no haber disparos ni apuntar a nadie.