Muchos de los canes que han llegado al Relleno Sanitario se han reproducido entre ellos mismos, por lo que alrededor de 50 de ellos son los que viven entre las celdas compactadas de basura.
Los animales conviven con los pepenadores y hasta con los propios trabajadores municipales.
Los canes, sin embargo son dóciles y saludan a los que andan caminando para ver si son consentidos con algún ‘premio’ o comida.