Ramsés Pech, especialista en el sector energético, lamentó que hasta ahora el Gobierno siga discutiendo con su principal socio comercial el tema energético sobre la base de los combustibles fósiles.
«Estamos muy cerca de la tecnológica del futuro, y si rechazamos tenerla seremos un País con energía finita, cara y sucia, a menos de que veamos las posibilidades y mutemos al infinito energético», expresó.
Pech señaló algunas de las implicaciones que pueden tener los avances de la fusión nuclear en el mundo.
«Sólo pocos países tendrán acceso a este tipo de generación de energía, y esto afectará a todos aquellos que en el presente no sean socios de Estados Unidos en tecnología», expuso.
«Antes del 2050 se estima que se aprovechará de forma comercial entre los países que en conjunto lograron el experimento y que continuarán desarrollándolo».
El experto anticipó que esto le dará más poder de negociación al país vecino.
«Incluso, podría utilizarse como arma económico-energética, debido a que es una fuente de energía infinita», comentó.
Con el avance, añadió, las metas de descarbonización podrían alcanzarse antes de lo previsto.
«Fue un experimento exitoso y ahora el reto es hacerlo a nivel de las plantas nucleares; esto podría llevarse acabo antes del 2050».
Recordó que Estados Unidos se propuso desde 1973 un plan energético que no dependiera del petróleo.
Pech apuntó que ahora México debería repensar el T-MEC ante una nueva forma de generar electricidad.
«Tenemos aún la oportunidad de poder cambiar nuestra planta nuclear de Laguna Verde a una de fusión, al futuro de energías infinitas, obteniendo entre tres y cuatro veces más energía que la actual», manifestó.