Roberto Baca, agregó que esto fue posible gracias al programa de riego que se reestructuró el año 2019, con el agua que se tenía captada, donde se pudieron regar las 3 mil 815 hectáreas sin ningún problema, pero no como se quisiera.
En este sentido expresó que fueron 70 millones de metros cúbicos del preciado líquido los que se tenían en posesión el año 2019, para el ciclo de riego del 2020 provenientes de la Presa San Gabriel, de Villa Ocampo, Durango y Pico de Águila, de donde se mide el agua y se reparte a los productores.
Dentro de los cultivos que se regaron, en temporada primavera-verano fueron 3 mil 778 hectáreas entre ellas, 76 de avena y forraje, 102 de chile, 1200 de maíz de forraje, 1800 de alfalfa y 600 de nogal; por su parte en otoño invierno fueron: 23 de pastos y 14 de triticali (cereal de trigo y centeno).
Mencionó que el último riego de la temporada otoño-invierno, se batalló porque el agua ya se había usado con los fuertes “calorones”, pero sí se dieron riegos de auxilio, para el maíz, aseverando que la sequía que se presenta para el año que entra va a restringir el agua, lo que disminuirá los los riegos hasta las 3000 hectáreas, porque hay menos líquido vital que a comparación del año 2019.
Para concluir, recordó a los productores que recibieron apoyo del programa Producción para el Bienestar, acudan a las oficinas a acreditar sus gastos; en que fue utilizado el recurso, esto para que se les continúe brindando apoyo para el 2021.