El ataque ocurrió en en la provincia de Nueva Escocia al noreste de Canadá, la noche del sábado y por alrededor de 12 horas. La historia comenzó a trascender este lunes a nivel internacional.
Investigadores que llegaron al lugar indicaron que había “múltiples víctimas en múltiples ubicaciones».
Con el tiempo conocieron que mató a 18 personas, entre ellos una agente de la Policía Montada, Heidi Stevenson.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, afirmó que “la agente Stevenson murió protegiendo a otros. Respondió a la llamada del deber, algo que había hecho cada día desde que empezó a trabajar hace 23 años”.
El ataque de Wortman comenzó contra una vivienda en Portapique, en la costa del Atlántico de Canadá.
Siguió por varios puntos de la provincia durante la madrugada del domingo y terminó con un enfrentamiento a balazos contra la policía en gasolinera de la comunidad de Enfield, que está 100 kilómetros al sur de Portapique, donde abatieron al asesino.
«Estamos relativamente seguros de haber identificado todas las escenas del crimen», afirmó Chris Leather, superintendente jefe de la policía en Nueva Escocia.
En varias residencias ocurrieron incendios que dificultó buscar a las víctimas.
El primer ministro Trudeau explicó que «sucedió en localidades pequeñas: Portapique, Truro, Milford y Enfield, lugares donde las personas tienen raíces profundas, donde las personas conocen a sus vecinos y se cuidan unos a otros».
Esta tragedia, sobre la cual todavía hay poca información, es la peor masacre en la historia de Canadá, peor que el de 1989 cuando un estudiante de electrónica asesinó a 14 mujeres en la Universidad Politécnica de Montreal.