«Este es el peor ataque que jamás hayamos sufrido (…) Esto es peor que Pearl Harbor, peor que el World Trade Center. Y no debería haber ocurrido nunca», dijo Trump en un encuentro en la Casa Blanca con personal sanitario, en referencia al ataque japonés de diciembre de 1941 que supuso la entrada de EU en la Segunda Guerra Mundial y a los atentados de septiembre de 2001, en los que fallecieron más de 3.000 personas.
Las palabras del mandatario se producen cuando más de la mitad de los estados de EU comenzaron a retirar gradualmente el confinamiento y las restricciones de movilidad pese a que los casos continúan en ascenso y el saldo de fallecidos por el coronavirus suma 74,844, y 1,244,119 de personas contagiadas de COVID-19
«No creo que la gente lo soporte. No creo que el país lo soporte. No es sostenible», remarcó sobre la disposición de los estadounidenses a mantener las medidas extraordinarias.
Trump se ha mostrado ansioso por relajar el distanciamiento social y retomar la actividad en EU, foco actual de la pandemia del coronavirus, ante el severo impacto económico y en contra de las recomendaciones de gran número de expertos médicos.
El presidente estadounidense, en un poco habitual cambio de opinión, afirmó que su equipo de respuesta al COVID-19 se mantendrá «indefinidamente» con su foco centrado en la seguridad y la apertura económica, apenas un día después de anunciar su intención de desmantelarlo.
A comienzos de semana, uno de los modelos de predicción de la evolución de la pandemia en el que se fija a menudo la Casa Blanca actualizó sus cálculos para pronosticar que para comienzos de agosto la crisis habrá dejado más de 134,000 muertes en EU.
Esa proyección, del Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, implica que el número de fallecimientos por COVID-19 casi llegaría a duplicarse en los próximos tres meses respecto a la cifra actual de más de 70,000 muertes.
Con información de Vanguardia