Alves se habría utilizado los 600 mil reales brasileros recibidos, que equivale a más de 135 mil euros, para pagarse viajes de lujos, comprar drogas y asistir a prostíbulos.
A pesar de conocer que su hijo sufría de atrofia muscular espinal tipo 1, una grave enfermedad degenerativa, Alves prefirió utilizar el dinero para beneficio propio.
Karine Rodrigues, la madre del niño, fue quien difundió la historia del pequeño para poder tratar la rara enfermedad que afectaba al pequeño. Sin embargo, sus sospechas se iniciaron cuando su esposo decidió hacer un viaje lujoso a la ciudad de Salvador en el estado de Bahía, al este de Brasil, sin su compañía.
Ante esta decisió, la mujer acudió a la policía para que investigaran los fondos destinados a su hijo y le fue notificado que se habrían retirado grandes cantidades de dinero. Tras este descubrimiento, la policía arrestó a Alves cuando regresó de su viaje de lujo que duró tres días.