Al tiempo, el mandato presidencial ordenó reforzar la custodia de los ductos con mil elementos más de la Policía Federal que durante el sexenio anterior fueron adscritos a la seguridad personal de servidores públicos y particulares.
De acuerdo con el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, estas medidas se toman luego de haber recuperado en su totalidad el ducto Tuxpan-Azcapotzalco, que hasta hace pocas semanas estaba en poder de los huachicoleros y quienes gozaban de la benevolencia de las autoridades.
Un robo descarado que se hacía con impunidad o cuando menos se actuaba con indolencia, con benevolencia de parte de los que tenían que enfrentar esta corrupción, un robo de 65 mil millones de pesos al año, eso lo que se tiene contabilizado nada más en lo que significa la distribución y venta de combustibles.
“Estaban apoderados prácticamente del ducto de Tuxpan-Azcapotzalco (…) y la mayor cantidad de gasolina que se importa entra por el puerto de Tuxpan y se traslada a Azcapotzalco porque aquí está el centro de consumo mayor de combustibles en el país, en la gran Ciudad de México, ese ducto estaba tomado y por eso se tuvo que intervenir», destacó en la conferencia de prensa desde Palacio Nacional.
Por su parte, el general Arturo Velázquez, responsable de coordinar el plan nacional contra el robo de hidrocarburos detalló a los medios de comunicación que ya son más de cinco mil elementos los que se encargarán de custodiar los tramos críticos identificados en la distribución de combustible.