Explicaron que por las noches subía un grupo de personas a los cerros de La Gloria para taladrar piedra y sacar muestras, las cuales llevaban a una oficina que la empresa tiene en el pueblo.
Afirmaron que desde hace unos 15 días, cuando se realizó una protesta contra la mina en la carretera Panamericana, se fueron todos los trabajadores y desde entonces ya no se ven las camionetas de la compañía transitar en la zona.
“Ahí está la oficina de la mina en Samalayuca, los trabajadores subían al cerro los botes de diésel, de agua, para eso contrataban a la gente de Samalayuca, para que subieran el cerro”, dijo Beatriz Rea, quien fue cocinera de la minera.
Dijo que ella hacía comida para unas 25 personas, de las cuales ocho eran de fuera y se quedaban a dormir en las oficinas de la empresa y el resto eran habitantes del poblado.
“Eran siete, ocho que trabajaban en la noche, que era gente de fuera que hacía las excavaciones”, aseguró.
Afirmó que a ella le pagaban 4 mil 500 pesos a la decena, pero sólo duró un tiempo porque a todas las cocineras las contrataban por temporada.
Jesús Pedroza dijo que a él le ofrecieron 3 mil 600 pesos a la quincena y por eso aceptó trabajar cargando costales de arena a la parte alta de un cerro que está en el ejido Ojo de la Casa.
“Nomás le aguanté al canadiense un día, teníamos que subir costalitos de arena de 25 kilos de arena, pero parecían de 50 y los subíamos y estaba muy pesado”, mencionó.
Agregó que la arena se colocaba como “cama” para colocar la perforadora y sacar la piedra del cerro.
Afirmó que él trabajó un día del año pasado y para ello le dieron un overol, zapatos, casco, lentes y una faja. Expuso que un familiar suyo sí duró tres meses.
La Comisión de Ecología visitó ayer el ejido Ojo de la Casa, donde se pretende instalar la mina. Los regidores acudieron acompañados de académicos de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, agrupaciones civiles y habitantes del poblado.
La edil coordinadora de la cartera, Laura Yanely Rodríguez Mireles, afirmó que en el lugar se ve actividad reciente.
“Podemos a simple vista saber que se han estado haciendo trabajos, hay marcas, hay trabajos que evidentemente son recientes y pues nada más estar pendientes, es un tema que ha causado mucho interés y preocupación”, mencionó.
Agregó que para realizar cualquier labor para la operación de la mina se debe contar con autorización y dijo que ante el Municipio la empresa no ha solicitado los permisos que competen al Gobierno local.
“Hay responsabilidades, el presidente seccional de Samalayuca, Javier Meléndez, nos acompaña, nos manifiesta que las marcas fueron hechas por el INAH; vamos a solicitar de manera oficial esa información”, aseguró.
Agregó que en la próxima sesión de Cabildo se presentará un punto de acuerdo para exhortar a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) a que tome en consideración las recomendaciones que hizo la Comisión Natural de Áreas Protegidas.
También otro para que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) revise la protección de los petrograbados que hay en el lugar.
En el recorrido de ayer Meléndez llevó a la comitiva al lugar donde se pretende instalar la mina y ahí se observa que hay trazos de cal en el suelo y movimiento de material, así como perforaciones en la parte alta de un cerro.
Se buscó ayer a la empresa minera para obtener su versión, pero no había nadie en la oficina que tiene en el pueblo y no fue posible hacer contacto por teléfono.