Lo anterior según se manifiesta en el estudio denominado “Violencia, impunidad y prejuicios. Asesinatos de personas LGBTTT en México” realizado por la organización civil “Letra S” que incluye datos estadísticos correspondientes a los últimos 5 años.
El documento establece que en dicho lapso, Veracruz fue el estado con mayor número de casos con al menos 30, seguido por Chihuahua con 28, Quintana Roo con 27, Estado de México y Guerrero con 25 cada una, Puebla con 22, y Tamaulipas con 20. De igual manera, se indica que los patrones de violencia se dan en función de la identidad sexual y de género de las víctimas.
De acuerdo con “Letra S”, mientras que la mayoría de los cuerpos de los hombres gay/homosexuales fueron encontrados en sus domicilios con múltiples heridas provocadas por objetos punzocortantes o asfixiados, los cuerpos de las mujeres trans-género fueron encontrados en la vía pública o en lotes baldíos con heridas provocadas por armas de fuego y punzocortantes.
El caso de “Nashly” la joven trans desaparecida el pasado 16 de diciembre en Aldama y localizada muerta casi un mes después, el 23 de enero de 2019, en una acequia cerca de la entrada a dicha ciudad, formaría parte de estos homicidios por homofobia ya que las características coinciden con lo señalado por “Letra S”.
La publicación destaca que en los últimos cinco años, de enero de 2013 a diciembre de 2017, al menos 381 personas LGBTTTI fueron asesinadas en México por motivos presuntamente relacionados a la orientación sexual o a la identidad y expresión de género percibida de las víctimas lo que significa que al menos 76 personas LGBTTTI son asesinadas al año en el país y que equivale a 6 homicidios por mes.
Sin embargo, el informe destaca también que la cifras reales de este tipo de homicidios son superiores se tomaron en cuenta únicamente los casos que se dan a conocer a través de los medios de comunicación.
Por otra parte, se hace hincapié en que las mujeres trans o personas trans con expresión femenina son las más expuestas a la violencia homicida, ya que fueron las víctimas más numerosas con 209 casos; seguidas de los hombres gay/homosexuales, o percibidos como tales, con 158 casos; 6 hombres bisexuales, o percibidos como tales; y 3 mujeres lesbianas. El promedio general de edad de las víctimas fue de 35 años. En los casos de las mujeres trans el promedio de edad fue de 31 años, menor al promedio general; mientras que el promedio de edad de hombres gay/homosexuales fue de 39 años.
El rasgo distintivo que caracteriza a los homicidios de personas LGBTTTI es la saña con la que son cometidos. Los resultados del monitoreo dan cuenta de las múltiples violencias a las que fueron sometidas muchas de las víctimas antes de ser asesinadas o el ensañamiento al que fueron sometidos sus cuerpos ya sin vida. Al menos 21 de las víctimas habría sufrido violencia sexual antes o después de ser asesinada, y los cuerpos de al menos 50 de las víctimas aparecieron con “marcas de tortura” o señales claras de ensañamiento. En cuanto a las líneas de investigación seguidas por las fiscalías y procuradurías estatales, destaca la poca relevancia que otorgan a la orientación sexual y a la identidad de género de las víctimas. Sólo en el 10% de los casos se menciona al crimen de odio como posible línea de investigación.
En contraste, el “crimen pasional” (figura cargada de prejuicios) y el robo son las líneas de investigación más señaladas. Y en el contexto de violencia generalizada que vive el país, destacan los 20 casos LGBT que habrían sido cometidos por el crimen organizado.
Así mismo, se identificaron 117 presuntos responsables de los homicidios, lo que equivaldría a solo una tercera parte del número total de víctimas LGBT registradas, cuyo promedio de edad fue de 24 años. Promedio de edad menor al de sus víctimas. De ellos, solo 14 habían recibido sentencia condenatoria al momento de realizar el monitoreo y 6 fueron liberados debido a fallas o deficiencias en el proceso cometidas por los ministerios públicos.
Información de eldiariodechihuahua.mx