Ataques nocturnos con aviones no tripulados y misiles rusos causaron al menos cinco muertos en Ucrania el martes, un día después de que un intenso bombardeo alcanzó instalaciones energéticas en todo el país.
El Ejército ucraniano afirmó que las tropas de Moscú lanzaron 91 artefactos contra su territorio, de los que pudieron abatir 80 drones explosivos Shahed y cinco misiles de distintos tipos.
El Presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, dijo que los ataques incluyeron además de misiles de crucero y balísticos, y apuntó que 16 personas resultaron heridas. Aunque el Mandatario reportó cuatro fallecidos, el gobernador de la región de Zaporiyia dijo más tarde que una quinta persona había fallecido en la provincia a causa de las quemaduras sufridas en los ataques.
«Responderemos sin ninguna duda a Rusia por este y por los demás ataques. Los crímenes contra la humanidad no pueden quedar impunes», escribió Zelensky en X.
En la región de Kiev, que sufrió apagones luego del ataque del lunes, se decretaron cinco alertas antiaéreas durante la noche. El Gobierno regional indicó que sus defensas destruyeron todos los aviones no tripulados y misiles, pero sus restos provocaron incendios forestales.
Tras la ofensiva rusa del lunes con más de 100 misiles y otros tantos drones, el primer ministro, Denys Shmyhal, dijo que «la infraestructura energética se ha convertido de nuevo en el objetivo de los terroristas rusos» e instó a los aliados de Kiev a enviar armas de largo alcance y a autorizar su uso contra objetivos en territorio ruso.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó el lunes de «indignantes» los ataques contra la infraestructura energética y dijo que había «vuelto a priorizar las exportaciones de defensa antiaérea estadounidenses para que se envíen primero a Ucrania».
Estados Unidos estaba «enviando equipos de energía a Ucrania para reparar sus sistemas y reforzar la resistencia de la red energética ucraniana».