Elliott Abrams, enviado especial para Venezuela y el director de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) Mark Green le dijeron al Congreso que el gobierno promueve una transición política pacífica en el país sudamericano. Ambos insistieron en que han recibido instrucciones de buscar únicamente esa estrategia.
Abrams dijo que el gobierno está concentrado en aplicar presiones económicas y diplomáticas sobre el gobierno de Maduro mediante sanciones. Anunció que más sanciones son inminentes y que incluso bancos extranjeros podrían ser penalizados si se determina que están ayudando a Maduro a ocultar activos del Estado.
Abrams y Green fueron interpelados el jueves por la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
Estados Unidos es uno de más de 50 gobiernos alrededor del mundo que reconocen al líder opositor Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela. Argumentan que debido a generalizadas denuncias de fraude electoral, Maduro no es el mandatario elegido y Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional tiene el deber de asumir la presidencia cuando está vacante.