El presidente López Obrador reconoció que la magnitud del huracán Otis generó una situación de emergencia en Acapulco. La ciudad se vio sumida en un caos marcado por la incertidumbre y el miedo, sentimientos que son comunes en el contexto de una tragedia de esta envergadura. La emergencia llevó a un aumento de la tensión en la región y desató actos de saqueo en algunos lugares.
“Fue muy fuerte el impacto del huracán, la verdad yo tenía mucha preocupación no por los daños materiales, si no por las vidas”, dijo AMLO.
El presidente expresó su profunda preocupación por la situación, subrayando que su mayor inquietud no eran los daños materiales, ya que estos se pueden reparar con el tiempo, sino las vidas humanas que se vieron afectadas por el huracán. La recuperación de vidas humanas es una tarea de alta prioridad y representa un desafío constante en medio de desastres naturales como este.
El presidente López Obrador reafirmó su compromiso de trabajar incansablemente para apoyar a la comunidad y asegurar que las vidas y los bienes dañados se recuperen de la mejor manera posible.