Los productores, quienes han sido señalados de forma reiterada de aceptar a menores en los campos de cultivo, acusaron la falta de apoyo oficial, pues los programas de gobierno son para justificar que atienden la problemática, cuando la realidad “no es así”, dijeron.
Manifestaron que la mayor parte de la carga la llevan ellos, y luego se les cataloga de inhumanos y esclavizadores, cuando no existen los insumos y apoyos suficientes por parte del gobierno para producir más, y de esa manera puedan ofrecer mejores condiciones laborales y de asistencia a los jornaleros.
Actualmente en el estado existen albergues para jornaleros agrícolas en 18 municipios; además se cuenta con 29 escuelas que ofrecen un ciclo escolar flexible para atender a por lo menos mil 400 hijos de trabajadores del campo, según informó Flor María Vargas, responsable del programa de atención educativa a hijos de jornaleros agrícolas de los Servicios Educativos del Estado de Chihuahua (Seech).
Cada año, de acuerdo con cifras emitidas por el gobierno estatal, más de 90 mil jornaleros agrícolas arriban a Chihuahua, siendo la temporada julioseptiembre en la que se recibe a la mayor cantidad de trabajadores que provienen de estados como Hidalgo, Guerrero, Oaxaca, Zacatecas, Sinaloa, Veracruz, San Luis y Durango, entre otros.
Los productores agrícolas indicaron que en los últimos años han recibido presiones por parte del gobierno para que inscriban a los jornaleros en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); sin embargo, comentaron que no es redituable, debido a que el fenómeno de la movilidad laboral está presente, pues hay varios casos de jornaleros que acuden uno o dos días a los campos y luego se van porque no les gustó, o simplemente no soportan la carga de trabajo.
Estas condiciones provocan que el productor tenga que echar mano de lo que se tiene a su alcance, en ocasiones llegan mujeres con sus hijos en busca de mejores condiciones de trabajo y se les contrata, siempre y cuando haya un espacio en el que puedan dejar a los menores mientras ellas trabajan, pues no se puede tener a los niños en los campos de cultivo bajo los rayos del sol, y para esto se ha solicitado a las autoridades que abran más albergues, pues los existentes resultan insuficientes.
El 80 por ciento de los jornaleros provienen de estados del centro-sur del país y la mayoría de ellos vienen con hijos desde recién nacidos hasta jóvenes adolescentes, mientras que los niños pequeños requieren un espacio para no estar bajo las inclemencias climáticas.
También enfrentan el escaso margen de utilidad que la producción de chile les deja, pues para sembrar una hectárea requieren de una inversión de 150 mil pesos y apenas les da ganancias de entre 30 mil y 40 mil pesos que es insuficiente para pagar el salario de los jornales pues se necesitan entre 90 y 120 trabajadores en promedio para cosechar una hectárea.
Existen en Chihuahua 56 programas educativos para atender a los hijos de los jornaleros, y se cuenta con 48 docentes que se encargan de la enseñanza desde preescolar hasta secundaria y de forma bilingüe, pues provienen de diversas etnias del país, desde rarámuris, zapotecas, triquis, nahuas y otomíes, entre otras, y muchos de ellos no habla español.
Autoridades de gobierno dividieron al estado en cuatro polígonos de campos agrícolas para brindar una mejor atención, estas regiones son: Sureste que abarca los municipios de López, Allende, Camargo, Saucillo, Julimes, Rosales, Delicias y Meoqui. Centro-oeste, para los municipios de Chihuahua, Aldama y Ojinaga.
Noroeste, que cubre los municipios de General Trías, Riva Palacio, Carichí, Cusihuiriachi, Namiquipa, Bachíniva, Guerrero, Matachí y Temósachi. Y norte, que comprende un vasto territorio en Ahumada, Ascensión, Buenaventura, Casas Grandes, Janos, Galeana, Nuevo Casas Grandes.
Informacion de eldiariodechihuahua.mx