Reconoció que la inseguridad que se presenta ha rebasado a la sociedad en general, pero que espera que las nuevas estrategias que se implementarán con la Guardia Nacional ayude a contener el problema.
“Tenemos carencias, cuándo no es una cosa es otra, y eso a afectado al sistema de salud, principalmente para que el personal quiera ir a trabajar y prestar un servicio a los habitantes de esas comunidades”, dijo.
El funcionario estatal comentó que los enfrentamientos entre los grupos criminales o con las propias autoridades de seguridad han sido “terribles” y ese tipo de hechos provoca que la gente se altere o se angustie y quiera dejar de trabajar en esas partes.
Dejó claro que se tiene una coordinación real con la Fiscalía General del Estado, quien siempre apoya con la protección de las unidades médicas que lo requieran por alguna circunstancia especial.
En el caso de los médicos pasantes, comentó que ellos siguen siendo alumnos y que realizan parte de su entrenamiento en los lugares que ellos eligen, pero que se da preferencia a esa elección de acuerdo a los promedios que llevan.
Explicó que si alguno de los estudiantes no quiere ir a algún lugar por temas de inseguridad, no se le puede obligar, además de que en muchos casos, son los propios padres de familia quienes se oponen antes que el alumno.
Grajeda Herrera refirió que los estudiantes duran un año más en entrenamiento luego de concluir con sus estudios, y que se trata de algo establecido en las curriculas de todas las escuelas de medicina, aunque reiteró que no se puede obligar a ninguno de ellos a ir a un lugar al que no quiere.
Reconoció que el problema de no querer trabajar en zonas violentas comenzó desde hace algunos años, con el incremento de la violencia, pero que actualmente persiste y ha provocado que no exista la suficiencia médica en algunas partes del estado.