Cdmx.- Para nadie es obligatorio el regreso a clases, ni para alumnos, ni para maestros, “nada por la fuerza, todo por la razón”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador.

“El gobierno tiene la obligación de iniciar con la educación presencial, si los padres no quieren que vayan sus hijos a la escuela no se les va a obligar, pero consideramos que ya es tiempo de recrear, es un asunto social, necesitamos que los niños no estén encerrados sujetos solo al nintendo”.

En conferencia de prensa, abundó que si una familia decide que no vayan sus hijos a la escuela pues no van, van a tener la opción de la televisión, de la educación a distancia.

A pregunta sobre si es obligatorio para los maestros regresar a las clases presenciales, contestó, que no, “para nadie, nada por la fuerza, todo por la razón”.

Sin embargo, indicó que los maestros son muy responsables, “es su materia de trabajo y lo van a hacer porque ya no es el tiempo en que se acusaba de que eran flojos, que si no se avanzaba en la educación era por la culpa de los maestros”.

Lo mejor en convencer, persuadir, no usar la fuerza, no amenazar. Al final, todos en libertad, prohibido prohibir, “pero yo estoy optimista y vamos a estar pendientes de que no se contagien los niños, de que si hay un contagio se le atienda rápido, que se proteja a los demás, que se les hagan pruebas, cuidarlos”.

Subrayó que se tiene que correr ciertos riesgos como todo en la vida, “imagínense si no salimos porque nos puede pasar algo, pues nos vamos a quedar todo el tiempo ahí encerrados, no, tenemos que enfrentar las adversidades, los caminos de la vida”.

El jefe del Ejecutivo Federal señaló que es notorio como la prensa conservadora se ha lanzado en contra del regreso a clases. “Aclarar que es muy importante que se regresen a clases presenciales, porque la escuela es el segundo hogar, los niños, los adolescentes quieren que se regrese a clase, la mayoría de los padres de familia también”.

DICE AMLO QUE LA CONQUISTA FUE UN ROTUNDO FRACASO

Cdmx.- La conquista fue un rotundo fracaso, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador durante su discurso en el evento por los 500 años de la resistencia indígena.

“Hoy, 13 de agosto, fecha funeral, como diría el maestro Carlos Pellicer, recordamos la caída de la gran Tenochtitlan y ofrecemos perdón a las víctimas de la catástrofe originada por la ocupación militar española de Mesoamérica y del resto del territorio de la actual República mexicana.

“¿De qué civilización se puede hablar si se pierde la vida de millones de seres humanos y la nación, el imperio o la monarquía dominante no logra en tres siglos de colonización ni siquiera recuperar la población que existía antes de la ocupación militar”.

Indicó que la conquista y la colonización son signos de atraso, no de civilización menos de justicia.

De modo que la gran lección de la llamada conquista es que nada justifica imponer por la fuerza a otras naciones o culturas un modelo político, económico, social o religioso en aras del bien de los conquistados o con la excusa de la civilización, expresó.

Subrayó que las conquistas, las invasiones, las guerras, siempre serán un riesgo para la humanidad. Traen consigo afectaciones culturales, sociales y daños colaterales.

“Suele pasar que la ambición y la tristeza viajan, viven y duermen juntas. Políticos, monarcas y hombres de Estado no deben omitir estas lecciones que surgen de amargas realidades y se convierten en enseñanzas mayores.

“Ojalá todos hagamos el compromiso de la no repetición de los mismos errores y horrores. Pongamos fin a esos anacronismos, a esas atrocidades y digamos nunca más una invasión, una ocupación o una conquista, aunque se emprenda en nombre de la fe, de la paz, de la civilización, de la democracia, de la libertad o, más grotesco aún, en nombre de los derechos humanos”.

Señaló que de se debe aceptar que el poder militar, la fuerza bruta, triunfe sobre la justicia. En cambio, sí procurar que desaparezca de la faz de la tierra la ambición, la esclavitud, la opresión, el racismo, el clasismo y la discriminación, y que sólo reine e impere la justicia, la igualdad, la paz y la fraternidad universal.

 

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